martes, 16 de diciembre de 2008

PENSANDO EN GRAMSCI

En la columna que escribe periódicamente el periodista César Hildebrandt en el Diario La Primera, el día 26 de noviembre pasado salió publicado el artículo que el mencionado periodista escribió y que se refería a Antonio Gramsci.
En ese artículo, Hildebrandt rinde una especie de reconocimiento a Antonio Gramsci, quien fuera un político pedagogo, filósofo y teórico marxista italiano quie nació en una ciudad de la isla de Cerdeña en 1891 y murió en Roma en 1937.
Hildebrandt señala en su artículo que Gramsci no estaba de acuerdo con los pensamientos conservadores que habían en la época en la que vivió.
Gramsci fue un filósofo marxista y uno de los que críticó y combatió a la burguesía y a la democracia formal, y esto lo hizo a través de críticas dirigidas a la esencia de su poder.
Gramsci siempre pensó en el porqué de la dificultad de cambiar las cosas. Hay que rescatar y valorar que su aporte se hizo a pesar de las dificiles circunstancias que le tocó enfrentar a lo largo de su vida.
Gramsci fue hijo de padres pobres y fue víctima de un traumatismo en la columna vertebral a raíz de que sufrió una caída a los tres años. Esto le imposibilitó crecer más. Su estatura no pasaba un metro y medio y era jorobado. Además de esto, su salud era frágil. Pero todas estas carencias y dificultades las compensaba con su gran carácter.
Como político, Gramsci fundó el Partido Comunista Italiano y fue su secretario general entre 1924 y 1926. Su marxismo fue muy genuino y ligado al pueblo, tanto así que fue admirado en el Perú por José Carlos Mariátegui; incluso hay que mencionar que el peruano y Gramsci tuvieron muchas cosas en común, como por ejemplo, el hecho de que ambos fundaron partidos políticos con ideología comunista en sus resepctivos países, así también, ambos provenían de familias pobres, tenían mentalidad abierta y eran buenos en escribir en prosa. Por otro lado, su actividad política se dio en momentos en que gobernaban en Italia y Perú regímenes dictatoriales, regímenes que eran marcadamente anticomunistas, y que enviaban a la cárcel a varias personas por motivos políticos. Eso fue, precisamente le pasó a Antonio Gramsci, pues fue encarcelado por orden del dictador fascista italiano Benito Mussolini y permaneció tras rejas durante once años.
A pesar de todo esto, Gramsci hablaba sobre la red compleja que los poderosos construyen contando con la complicidad de la Iglesia Católica, quien según Hildebrandt actúa como institución administradora del miedo y la prensa como pedagogía de la resignación. A todo esto, Gramsi lo lo llamó "bloque hegemónico".



Finalmente, según Hildebrandt, Gramsci descubrió que en el mundo de la comunicación era el lugar desde donde se tenía que construir un nuevo futuro.
Sea como fuere y por encima de todo, Antonio Gramsci fue un filósofo y pedagogo que a través de la enseñanza trató de inculcar sus ideas. Tal vez en el Perú no sea muy recordado, pero yo desde este blog hago un reconocimiento al grupo de estudios que lleva su nombre y que está conformado por estudiantes de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.


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